El pollo asustado, ya sea entero como el clásico o troceado como el que vamos a preparar a continuación, es uno de esos platos con los que, con un mínimo esfuerzo se obtienen excelentes resultados: el interior jugoso y la piel crujiente. Una delicia.
El éxito de esta receta es lograr que el pollo no se seque y para ello, comenzaremos hidratando con un poco de vino el asado y le daremos la vuelta a las piezas de pollo a mitad de cocción. Con este proceso, también lograremos que la piel quede crujiente dejando la carne jugosa.